“El incremento de las denuncias de padres contra sus hijos adictos va en aumento. No queda mucho para que sea el mismo número de intervenciones que tenemos por violencia de género”, explicó el comisario Martín Galván, jefe de la Unidad Regional Capital.
Galván insistió que este es un problema que sigue en claro aumento. “Cuando era jefe de comisaría, teníamos casos de padres que llegaban con sus hijos pidiéndonos que lo encerremos en un calabozo porque ellos no los podían contener. Esa situación ha cambiado, para peor, ya que se generalizó”, dijo.
El comisario reconoció que los policías están para actuar cuando se produce algún tipo de delito, pero que estos casos son especiales. “El personal sabe que tiene que hacer una contención especial. Tratamos de orientar a ambas partes para que actúen de otra manera. Sin embargo, si les dieron intervención a los uniformados es porque la situación es límite, por lo que es muy difícil hacerlos entrar en razón”, explicó.
Galván sostiene que el problema se origina por la falta de contención que tienen los chicos en sus casas. “La familia dejó de ser la base de la sociedad. Por diferentes razones hay un desorden y eso complica la situación”, concluyó.